Eso significa que los invitados que lo deseen podrán quitarse toda la ropa y sentarse a comer completamente desnudos.

«Creemos que las personas deberían darse la oportunidad de experimentar una noche sin químicos, ni colorantes artificiales, ni electricidad, ni gas, ni teléfono y además, sin ropa», dice Seb Lyall, el creador de este restaurante que permanecerá abierto, por ahora, durante tres meses.

Aunque no se sabe nada sobre el menú que ofrecerán, ya hay más de 10.000 personas que se inscribieron en lista de espera para disfrutar del restaurante.

Los organizadores prometen que la comida se preparará en horno de leña, se servirá en vajilla, estará caliente, los cubiertos serán comestibles y que habrá alternativas para veganos. (Fuente clarín.com)