Las reacciones de los aracnofóbicos frecuentemente parecen irracionales a otras personas. Procuran mantenerse alejados de cualquier sitio donde creen que habitan arañas, o donde han observado telas de araña.

Si ven una araña de lejos, quizá no puedan entrar en la zona, aunque sea espaciosa, o al menos tendrán que hacer antes un esfuerzo para controlar su pánico, que se caracteriza por sudoración, respiración rápida, taquicardia y náusea.

También los que sufren aracnofobia cuando ven una araña sea grande o pequeña, se apresuran a erradicar la araña, y siempre utilizando algún objeto alargado, para no tener que acercarse demasiado al arácnido.

El miedo a las arañas puede determinar el lugar donde el fóbico decide vivir, o el sitio al que acudirá en vacaciones, y limitar los pasatiempos de los que puede disfrutar.

El problema es cuando vives con un amigo que saben de tu debilidad y se empeña en pegarte muchos sustos, veamos cómo lo hace. (Wikipedia)