La vara es que todo el mundo tiene que parecer un poco grasiento y tener algún que otro grano durante sus años de adolescencia. Es un rito de paso. Algunos, claro está, son demasiado desafortunados y tienen acné adulto pasados los veinte, lo que les da un aspecto de gigantes y desagradables preadolescentes, pero con los pechos desarrollados y panza.

¿Por qué lo tenemos? Quién sabe. Pero algunas de los motivos detrás de la bendición de la cara-paella permanente son las hormonas, el azúcar y el estrés de nuestras miserables vidas.

Ahora, un nuevo estudio ha descubierto qué es lo que pasa exactamente: las células de la gente con acné han creado una protección contra el envejecimiento que básicamente les hace mejor cuando envejecen y los deja vivir vidas más largas.

Un estudio de los glóbulos blancos hecho a partir de las muestras de personas afectadas ha demostrado que tienen capas protectoras más largas al final de sus cromosomas.

La investigación demuestra que los que sufren de acné tienen unos telómeros significativamente más largos y que por lo tanto pueden estar bendecidos con el regalo de una vida más larga también.

En el estudio, los investigadores remarcaron que la vía genética p53 que regula la «célula de la muerte programada», una especie de suicidio de las células. Cuando los telómeros se hacen demasiado cortos, puede desencadenar una serie de eventos que llevan a la muerte programada de las células. La vía p53 se demostró menos activa en la piel de los afectados por el acné, aunque esto aún sigue bajo investigación. (Infobae)