La reciente cinta dirigida por Todd Phillips y protagonizada por Joaquin Phoenix se permitió ciertas libertades para construir al personaje principal de Arthur Fleck. En la película se revela que las carcajadas del príncipe payaso de crimen se deben a una condición patológica que le provoca reírse cuando está deprimido, nervioso o estresado.

La risa de este Joker fue muy distinta a las que anteriormente habíamos escuchado con otros actores. Esta carcajada era incómoda, amarga y en diferentes escenas de la película vimos a Arhur tratando de detenerla pues le causaba dolor y parecía que lo ahogaba.

Estos síntomas existen en realidad como una patología llamada epilepsia gelástica. También se le conoce como risus sardonicus o enuresis risosa, y quienes la padecen tienen ataques epilépticos acompañados de carcajadas incontrolables, movimientos automáticos y estados de consciencia alterados.

Se trata de un tipo de convulsiones cuyo principal síntoma es la risa que puede parecer normal y hasta contagiosa, pero en cierto punto llega a convertirse en algo mecánico e incómodo para la persona que la sufre y para quienes la escuchan.

¿Les suena al Joker de Phoenix? Totalmente. Su risa era incómoda incluso para él mismo y trataba de calmarla sin éxito. Solía confundir el placer con el dolor y lo veíamos sonreír en momentos en los que una persona común estaría sufriendo mucho. Cuando hace sus bailes, sus movimientos parecen controlarlo y seguramente no estaba consciente.

La mayoría de los villanos de Batman tienen algún trastorno psiquiátrico y el Joker de Joaquin Phoenix nos mostró a un hombre con una enfermedad real que termina de explotar cuando la sociedad “lo trata como basura”. (Guía del Varón)

https://www.youtube.com/watch?v=z3mh7eiYzqE