Verlo era una experiencia tan desagradable que muchos espectadores abandonaban la sala para vomitar.

Lo cierto es que, visto a día de hoy, probablemente no es tan terrorífico, pero hay que conceder que es muy desagradable de ver.

La culpa la tiene una combinación de imágenes oníricas en blanco y negro con una música que provoca desasosiego en cantidades industriales. Este es el tráiler.

Advertencia: el tráiler contiene imágenes parpadeantes que podrían resultar incómodas a personas con epilepsia fotosensible.