La tecnología de Yondr funciona de forma muy sencilla. No implica complejos programas de software que cortan señales ni impiden realizar llamadas. Se trata simplemente de un estuche hecho de tela de neopreno para guardar el teléfono.

El estuche está equipado con un microchip que lo sella e impide abrirlo a menos que sea pasado por una máquina que lo desactive (como las etiquetas magnéticas que se usan en las tiendas de ropa). De este modo, al usuario le resulta físicamente imposible utilizar con el aparato.

«Nada de mensajes de texto, nada de tuits, nada de fotos. Y cuando dejas el lugar, hay estaciones para abrir los estuches. Lo pones en un mecanismo que lo desbloquea y recibes tu teléfono al otro lado», señala Dugoni.

Yondr provee una solución que elimina tentaciones, pero que «también piensa en las necesidades del fan», porque le permite mantener posesión del aparato y la opción de usarlo saliendo del perímetro de exclusión si así lo requiere, sostiene Dugoni. (Tomado de BBC Mundo)