Sin embargo, como las puertas estaban cerradas y ya habían removido las escaleras por las que bajaron los pasajeros, un trabajador de pista pensó que la aeronave estaba a punto de despegar. Entonces, para cumplir con el protocolo, retiró las cuñas de seguridad de las ruedas.

En cuestión de segundos, el avión empezó a desplazarse hacia atrás. Podría haber sido una tragedia, pero el empleado se dio cuenta y empezó a correr.

Posicionándose detrás de la rueda delantera, comenzó a empujar con sus propias manos para detener al inmenso aparato. Luego colocó las cuñas para ayudarse y así logró pararlo.

El aeropuerto reportó que ya no quedaba nadie adentro y que el incidente no causó ningún inconveniente en el funcionamiento general de la terminal. Aparentemente, el piloto había aparcado el avión sin dejarle el freno puesto. (INFOBAE)

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