Esto pasó en Tlaquepaque, México, cuando un vendedor de dulces recibió la visita de un comprador anónimo.

El hombre le dio un par de billetes al vendedor con la simple pregunta “¿Qué me alcanza con esto?”. Resultaba que podía comprar prácticamente todos los dulces y entonces, los compró. El gesto fue tan grande para el dulcero que no pudo contener las lágrimas.

El sujeto recibió a cambio un abrazo, el más sincero y más emotivo que le habían dado en su vida. (PERFECTO GURU)

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